LAS PRIMERAS REFERENCIAS A LA TÉCNICA DEL PASTEL

Por Toni Bennasar.  Historiador del arte y profesor en Art-Pastel


1- El pastel. Una técnica prehistórica

La consideración de la pintura al pastel como técnica de origen prehistórico es inequívoca. Los pintores rupestres extraían diversos pigmentos como tierras y colores naturales, por ejemplo, la tierra roja y amarilla la obtenían de la hematites, el verde de diferentes arcillas, el negro de la combustión de la madera y el blanco de los huesos macerados. Diferentes especialistas en arte prehistórico afirman que

«la elaboración de las pinturas rupestres y la aplicación del color podía ser en seco por medio de trozos de ocres, combustión de bastoncillos de madera o disolviendo los colorantes en el agua1 ». Menéndez, M.; Mas, M.; Mingo, A.: El arte en la prehistoria, UNED, 2009

Pero lo más interesante radica en que utilizaban las yemas de los dedos junto con diferentes y variados útiles para expandir el pigmento con cierta homogeneidad. Esto nos hace pensar que la aplicación de la pintura al pastel es prácticamente primitiva. Hace unos 200.000 años, en el Paleolítico, los Homo sapiens, mediante la frotación del pigmento con las yemas de los dedos, ya intentaban realizar numerosas representaciones de animales, signos y antropomorfos. 

Aquello daría lugar a las primeras manifestaciones de arte, aunque ellos lo concibieran para otros fines. Los Homo sapiens (sapiens significa sabio, es decir, «hombre sabio») dejaron testimonio del comportamiento simbólico de la sociedad en que vivían, de sus miedos, sus rituales. Fue una especie ligada a la sociedad y a la vez inseparable de la cultura que los ha creado. 

Por tanto, todas las sociedades y civilizaciones posteriores hasta nuestros días han intentado dejar testimonio de sus vivencias, y por esta razón es importante tener en cuenta el contexto social, ideológico, cultural, político y económico de cada época. El Homo sapiens sin proponérselo directamente fue uno de los primeros pastelistas en la existencia de la humanidad, o al menos, en la manipulación de los pigmentos. Creó unas de las primeras manifestaciones de arte y precisamente con pigmentos extraídos de su entorno natural.

3 -La técnica de los colores secos

Según algunos eruditos y estudiosos sobre la técnica del pastel, aparecerían las primeras menciones a finales del siglo xv en Italia de la mano de Leonardo da Vinci. Concretamente en uno de sus tratados, el Codex Atlanticus, conservado en la Biblioteca Ambrosiana de Milán. Leonardo escribió e ilustró con dibujos este tratado entre 1478 y 1519.
Habla de una gran pluralidad de temas, sobre armamento, instrumentos musicales o botánica. No es de extrañar que entre sus 1.119 páginas se interesara por una técnica que él no menciona como pastel, evidentemente, sino como «la manera de los colores secos».
Por la misma época, en 1499, Leonardo pintó el Retrato de Isabel del Este .
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Atribución: Leonardo da Vinci [Public domain], via Wikimedia Commons



No debe de ser casualidad que, con tan sólo unos años de diferencia, se escriba una de las primeras obras donde se menciona la técnica del pastel (Codex Atlanticus) y el mismo autor pinte uno de los primeros dibujos que se conocen en la historia del arte con rasgos de pastel.
Lo confirman Vallardi y todos los eruditos posteriores (Parramón, 1992). No obstante, Varena Forcione y Hélène Grollemund, del Museo del Louvre, donde actualmente se conserva esta obra, afirman que no hay rasgo de pastel, matizando que el color ocre y el blanco están realizados con tiza.
No obstante, lejos de entrar en discusiones sobre las diferencias técnicas entre el pastel y la tiza, si relacionamos el Retrato de Isabel del Este con el manuscrito que dejó Leonardo, este menciona que le había sido revelada una técnica por un artista francés, Jean Perréal, que viajó a Milán con la corte de Luis XII en 1499.
Como ya hemos comentado, a esta técnica Leonardo la llamó «la manera de los colores secos». Por lo tanto, lo probable es que todo sucediera como cuenta Leonardo en el Codex Atlanticus y, teniendo en cuenta que el retrato es de las mismas fechas, posiblemente quiso probar los nuevos materiales.

Este retrato tiene muchas expectativas de ser uno de los primeros en los que se emplearon algunos trazos de pastel. El Retrato de Isabel del Este está realizado sobre un cartón preparatorio. En las líneas que dan forma al traje aparecen unos diminutos orificios. Estos tienen la función de filtrar sobre la tabla el fino polvo de carbón que habría servido para dejar la primera marca de dibujo sobre el lienzo, para ser posteriormente pintada con la técnica del óleo.
Por lo tanto, Leonardo ya habría encontrado una primera utilidad al pigmento seco: utilizarlo en los dibujos preparatorios. Teniendo en cuenta las características especiales del pigmento, también lo utilizará para estudiar los primeros trazos de luces y sombras que posteriormente se convertirían en futuras pinturas. El retrato está realizado con unos trazos muy leonardescos, y elaborado con pigmentos secos de diversa dureza y con sanguina y tizas. Posee diferentes tonalidades de ocre y amarillo en la parte superior del vestido, que son difuminadas en algunas zonas para conseguir diferentes gradaciones de luces y sombras.

Contempla un detenido estudio de la luz, como vemos en su rostro, blanquecino y con la mirada fija. Leonardo ya trabajaba con el pigmento seco con una finalidad muy clara: favorecer los «movimientos del alma» y anticipando, sin duda, al retrato de la famosa Mona Lisa. Para ello utilizaría una técnica espontánea, directa y rápida, una técnica de colores secos que en siglos posteriores se llamaría pastel.