Historiador del Arte y profesor en la academia Art-pastel.
Texto extraído del libro
©Historia de la Pintura al Pastel en España. Toni Bennasar. Editorial libros.com
La pintura al pastel1 es una técnica de pintura compuesta por pigmentación pura y un poco de aglutinante, lo justo para modelar el pigmento en polvo en forma de barra. Pertenece a la familia de las técnicas secas.
La técnica del pastel hay que incluirla dentro del grupo de las grandes técnicas pictóricas en las que el pigmento no es disuelto en agua. Este grupo incluye el óleo, la encáustica y el pastel. Existe un segundo grupo en el que el pigmento es disuelto en agua. Contiene la acuarela, el temple, el fresco y el gouache.
Centrándonos en el primer grupo, tanto la técnica del óleo, la encáustica y el pastel tienen un modus operandi totalmente diferente. Cada técnica requiere una manera especial de trabajar, está sujeta a la naturaleza del material y al fin que persigue el artista. Óleo, encáustica y pastel utilizan diferentes tipos de composición en su pigmento; la principal diferencia entre ellos es el tipo de aglutinante2 que utilizan. Por ejemplo, la encáustica, una técnica que se remonta a la época romana y a los primeros siglos de la Edad Media, utiliza la cera como aglutinante. En cambio, el óleo utiliza pigmentos diluidos en aceite (aceite de linaza refinado, por norma general), que actúa como secativo y aglutinante.
La técnica del pastel en sus inicios utilizaba aglutinantes como la goma arábiga, látex de higo o cola de pescado, y más tarde los colores se amasaban con jabón de Marsella (Fuga, 2004), o más recientemente con tragacanto. José María Parramón en su libro El gran libro del pastel3 menciona que en el proceso de fabricación del pastel se elabora una pasta (de ahí deriva su nombre) compuesta por pigmento puro mezclado con una cantidad mínima de aglutinante, formándose barritas y dejándose secar (Parramón, 1992).
Hay que tener en cuenta que para la elaboración de los pasteles se utilizan pigmentos orgánicos4 , y con más frecuencia pigmentos inorgánicos de origen mineral, algunos de ellos obtenidos directamente de minerales como el cinabrio, lapislázuli, yeso o caolín. No obstante, antes de la revolución industrial, la variedad de pigmentos disponibles para uso artístico era muy limitado, y posteriormente la revolución industrial y científica propiciaron su expansión. Algunos catedráticos en Historia del Arte de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) confirman que:
«el proceso químico para fabricar los pasteles es el más simple dentro del conjunto de las técnicas pictóricas en el campo de las Bellas Artes» (E. Alegre Carvajal, G. Tussell García, J. López Díaz, 2011)
El pastel carece de aglutinantes o sustancias químicas que interactúan directamente con el pigmento, este proceso químico de fabricación tan simple hace que
«el pastel sea una de las técnicas de pintura en la que el color permanece más estable con el paso del tiempo».
También confirman que
«el pastel es más estable que otras técnicas como el óleo al no estar sometido a cambios químicos que siempre se producen con el paso del tiempo o la exposición a la luz».
Por tanto, son evidentes las diferencias entre el óleo y el pastel, no sólo en su aplicación, sino también en su composición. Los colores al óleo se obtienen con una mezcla de aceite de linaza, y en su práctica hay que tener muy en cuenta que el exceso de aceite puede degradar los colores, perder su frescura, amarillear los blancos con el paso del tiempo o incluso provocar arrugas en la pintura. Además del aceite, se suele utilizar como disolvente la esencia de trementina. Esta mezcla de pigmento, aceite y disolventes tiene que enfrentarse a una compleja reacción química durante el secado, que convierte la pintura en una sustancia completamente distinta.
En teoría, la pintura al óleo debe permanecer inalterable durante siglos, pero en la práctica, en ocasiones, no sucede lo mismo, y numerosos óleos han tenido que ser restaurados.
El pastel tiene en su contra la fragilidad frente al desgaste, debido a rozaduras o movilidades inadecuadas; al tratarse de pigmentación pura en forma de polvo directamente sobre el soporte, puede moverse o correrse, por lo que es muy necesario un correcto almacenamiento de los pasteles y una correcta manipulación.
1- La definición de la RAE (el diccionario de la Real Academia Española) de pintura al pastel es: «pintura que se hace sobre papel con lápices blandos, pastosos y de colores variados». Una definición que puede llevar a la confusión o incluso a su infravaloración. Sabemos que se puede pintar con la técnica del pastel sobre bastantes soportes, no sólo sobre papel. También sabemos que la técnica está compuesta por barras de pigmentación pura, que no nombra en su definición, dejándolo sólo en unos «lápices blandos».2- El aglutinante tiene la función de aglutinar y adherir las diferentes partículas del pigmento. En la prehistoria ya se utilizaban resinas, grasas y gomas de los árboles que tenían en su entorno.
3- Parramón, J. M., El gran libro del pastel. Ed. Parramón, Barcelona, 1992.
4- Stefanos K. Kroustallis, en su Diccionario de materias y técnicas II, define la técnica del pastel como una «técnica de dibujo y de pintura que consiste en la utilización de una barra de color elaborada a base de pigmentos vegetales o minerales en polvo mezclados con diferentes sustancias, según el color y dureza deseados (goma, tragacanto, goma arábiga, jabón de Marsella, etc.)»
©Historia de la Pintura al Pastel en España. 2018 Toni Bennasar.
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