La fotografía de partida, es una imagen captada por mi mismo y se corresponde a un viaje que realizamos en familia a la isla de Venecia ( Italia) en 2019.
La obra es una tarea pendiente que tenía desde hace muchos años. Prácticamente desde que han nacido mis hijas, he querido pintarlas... pero, lo que suele pasar siempre " en casa de herrero, cuchara de palo". Los años han ido pasando, mi hija mayor ya tiene 18 años, la menor 14, entonces ya es el momento de pintarlas y dejar estas obras para ellas, formando parte de un recuerdo vivido.
Os enseñare unos cuantos detalles en primer plano. La obra aparentemente parece hiperrealista, pero si nos acercamos veremos que no es así. En el hiperrealismo no suele haber huellas de la pigmentación del pastel o pinceladas, y además se elimina toda materia. Se elimina incluso toda emoción o sentimiento. Si nos acercamos, veremos el trazo del pastel, y como no la emoción contenida de Julia al ver el espectacular paisaje Veneciano dentro del canal.
Aquí vemos un primerísimo plano de la mano, donde se puede apreciar los trazos de la pintura. Son unos trazos que se mueven entre el impresionismo y el realismo. Podemos apreciar el trazo suelto en el agua del canal, la barra de la "vaporetto" donde se apoya su brazo, o el mismo color piel, sanguina, que da volumen al brazo. Todos estos puntos, hacen que esta pintura se descarte de la catalogación de obra hiperrealista.
No era mi intención llegar a realizar un hiperrealismo, aunque llegado a este punto con una fusión mas de los colores y unos matices más suaves, se hubiese llegado perfectamente al hiperrealismo. Pero, me siento cómodo dando soltura de mano, sobre todo en los primeros planos, y me gusta ver una pintura que es pintura. 
En los detalles del fondo, de los últimos planos hay una mayor de fusión de los colores y hacen que la obra sea más hiperrealista, aun así, el trazo de la obra es claramente visible. Otra característica que la descarta del hiperrealismo son los colores violetas, azulados del fondo que ayudan a conseguir una mayor atmosfera de profundidad y muy usual de impresionismo que utilizaban los azules ultramares para dar efectos atmosféricos al fondo.
Otro detalle, donde se aprecia el pigmento del primer plano de la barra de manos de la Vaporetto. Los colores sanguinas del primer plano contrastan con los colores de luz del fondo, mucho más matizados y consiguiendo un efecto más realista.
La obra en si es un contraste de luces y sombras, entre la belleza y el idealismo de un recuerdo mágico, de un momento especial que todos quisiéramos volver a vivir.
La idea principal de la obra se mueve en el recuerdo que tiene Júlia, en ese momento, en el instante que muchas veces se confunde la realidad con el sueño.
Por esta razón predomina la belleza, la luz mágica es persistente en la obra, la exaltación de las luces se corresponde con la vida, y la posición de la figura en estado de relax, ayudan a detener el tiempo por un instante, en un momento mágico.
Toni Bennasar esta especializado en la técnica del pastel y es licenciado en Historia del Arte por la UNED.
Podéis ver más obras en su web www.tonibennasar.com
Toni Bennasar es fundador y director de su propia academia privada de enseñanza de dibujo y pintura Art-Pastel en Manacor, Mallorca donde actualmente se dedica a la docencia como profesor de dibujo y pintura al pastel