Venecia, la isla de las lagunas, no pierde su encanto con la masificación turística en pleno mes de agosto. Venecia en si misma, es una conjunción de unas 120 islas unidas por puentes. Lo que la hace especial, es su desarrollo arquitectónico entre la tierra firme y los canales, donde apreciamos una integración absoluta entre mar y tierra.
Venecia y el puente de la Libertad desde el cielo.Foto: Toni Bennasar
Al encontrarnos en pleno Ponte della Libertà, (enlace entre Mestre y Venecia) uno empieza a entender la razón del nombre a dicho puente. Al llegar a la Piazzale Roma, cargados con las maletas, justo entrando a Venecia por el Ponte della Costituzione, uno ya se da cuenta , de que estamos en un lugar diferente.
Miras alrededor y ves las Vaporetto, los taxis, los obreros, los repartidores, los vendedores de frutas y verduras, albañiles, con sus vehículos acuáticos, barcas, plataformas... todo esta preparado y perfectamente integrado para transitar, trabajar y vivir en esta preciosa isla.
Vista de Santa Maria de la Salute desde el Puente de la Academia. Foto Toni Bennasar.
Entre puente y puente uno llega a su destino casi de noche y por la mañana en la primera vuelta ya miraría donde empezaría a pintar. Por la mañana, ves a todos los turistas a pie, en góndola o taxi. En las calles de Venecia, no hay bicicletas, ni monopatines, todo el mundo a pie. Los vehículos a motor se mueven por los distintos canales.
Recuerdo que había muchos turistas, ( nosotros también lo éramos), pero, si nos desviábamos de las calles principales, donde desfilaban cientos de turistas a paso de hormiga y, nos adentramos, en sus estrechas y viejas calles, contemplando, sus arcos, sus ventanas verdes con macetas, portales sumergidos en el agua, (que te hacen pensar por donde y como entra su propietario), puentes de piedra, que atraviesan los pequeños canales, góndolas navegando en silencio, lentamente y, a su paso, el tiempo suspendido, sin coches, sin motos, sin bicicletas, sin excesos de ruido....un lugar con encanto, tranquilo y con un cromatismo espectacular, es un lugar, donde cualquier rincón es válido para representar en pintura.
Ventanas venecianas. Foto Toni Bennasar
Su historia, su patrimonio cultural y arquitectónico, convierten a Venecia en una ciudad muy atractiva para quien quiera ver "in situ" las pinturas de Tintoretto, Tiziano, Canaletto, Veronés o también los murales de los Tiepolo. Por cierto, la" Accademia di Belle Arti" veneciana, situada junto al Ponte dell'accademia alberga algunos de las más famosas pinturas de la gran pastelista Veneciana ,Rosalba Carriera entre otras muchas obras y en Ca Rezzonico, podremos contemplar una sala dedicada al pastel con obras del pastelista Lorenzo Tiepolo como es el retrato de Cecilia Guardi, su madre, que lo pinto con tan solo 21 años.
Sala dedicada al pastel en Ca Rezzonico con obras de Lorenzo Tiepolo, Rosalba Carriera, Marianna Carlevarijs. Foto: Toni Bennasar.
La verdad es que después hacer estas visitas, ver su rico patrimonio arquitectónico, Ca Rezzonico, Ca' d'Oro, los frescos del gran Tiepolo o las gruesas pinceladas de Tiziano en sus obras, o también visitar el Museo Da Vinci o subir por las mismísimas escaleras que Tintoretto subía para trabajar el la "Scuola Grande di San Rocco", a uno le dan muchas ganas de pintar, pero muchas.
Encontré un lugar con encanto, el Ponte de Sant Polo, situado en el distrito de Sant Polo y como dirían los venecianos, "a unos tres puentes de distancia" de nuestro alojamiento.
Planté el caballete en el puente, eran sobre las 7,30 horas de la mañana y empecé a plantear el primer boceto en espera a que me apareciese la luz del sol sobre las 8,10h. Se trataba de realizar el primer dibujo en esta primera sesión. El tema elegido exigía conocimientos de perspectiva en las casas, con varios puntos de fuga y más que plasmar una exactitud de las casas y del lugar, me interesaba vivir y respirar el tema en el lugar, y llevarme mi interpretación y aquellos momentos vividos en aquellos instantes.
En la primera imagen podemos apreciar el dibujo inicial y los primeros toques de pastel a lo lejos y el reflejo del cielo en el agua. En esta primera sesión realicé el dibujo con un lápiz pastel blanco y se marcaron las primeras luces del fondo y el excepcional reflejo en el agua, cuando este apareció. Las luces las marcaba así como iban apareciendo, sobre todo las reflejadas en el agua, porque son un ir y venir, dependiendo si el día esta nublado o no.


Pintar en el exterior tiene su encanto, porque a parte de estar en contacto con la naturaleza, en muchas ocasiones se acercan algunos curiosos y me preguntan como pinto. Recuerdo que me lo preguntaron al menos en tres idiomas, en ingles, italiano y francés.
Este señor, de rojo me pregunto por la marca de lapices pastel que utilizaba, y también la marca de los pasteles, y como no me entendió cuando se lo decía, pues cogió un lápiz y miró la marca.
" Good!! Very Good! uno oye infinidad de exclamaciones!! pero la mejor y me acordaré durante mucho tiempo fue la de un repartidor italiano. En Venecia, los repartidores dejan la barca en un canal y reparten con un carro por las estrechas calles de Venecia, atravesando puentes para llegar a todos los rincones de Venecia. Estos carro están provistos de unas patas delanteras para amortiguar los escalones de todos los puentes que hay en Venecia.
El repartidor cuando estuvo a mi altura, después de subir el puente, se tomo un descanso y vino a saludarme, exclamando !! Bellísimo!! Molto bene!! la verdad es que le salió del alma, intercambiamos unas sonrisas y se fue con su carro, creo que no voy a ver nunca más a esta persona, pero ahí está el encanto de lo efímero... del momento...


Segundo día, seguimos pintando!! algunos personas que no conocía, querían inmortalizarme en aquel paisaje en aquel preciso momento, querían llevarse una instantánea de como pintaba... Mi intención era similar a la suya. Yo también quería llevarme la impresión del precioso canal que pasaba por debajo del puente de Sant Polo... No buscaba una copia exacta del lugar, sino que, a mi modo de ver, al son de mis sentimientos y emociones "in situ" llevarme mi representación pictórica particular, al fin y al cabo, toda obra se convierte en un objeto, por esta razón, lo importante es lo que no se ve, el instante vivido, la emoción que queda impregnada en la obra, aquellos momentos pintando, no volverán a repetirse. Surgirán otros momentos futuros, pero aquellos nunca más. Pero ahí está la obra que a parte de ser ese objeto, tiene impregnadas mis emociones, mis sentimientos y momentos efímeros muy agradables.


Este el el resultado después de la tercera sesión:

La diferencia en estas sesiones la marcaba el mismo tiempo, unos días estaba más nublado, otros días más soleado, teniendo una percepción diferente del paisaje y como no, las visitas improvisadas de las personas que iban pasando por aquel puente.


Me acordaré siempre el comentario de una mujer italiana que pasaba por el puente diariamente y en el último día, cuando tenía ya la obra finalizada me hizo el siguiente comentario en italiano!
Su traducción :Paso por aquí cada día y he visto la evolución la pintura.
Me encanta es muy bello!
Con una enorme sonrisa en los labios se marchó exclamando " arrivederci !!.
He aquí una de las funciones de la pintura: La pintura en si misma es una forma de experimentar con uno mismo y con el mundo que tienes alrededor. La pintura al "plein air" te permite respirar el tema, estar en contacto con la naturaleza, y sentir unas impresiones muy agradables.
Sin querer buscar una perfección del tema, una perfección que en realidad en la naturaleza no existe, porque somos los humanos que lo queremos de esta forma, pues uno se lanza sin prejuicios con el caballete a mitad del canal y empieza a pintar lo que tiene delante, repito sin prejuicios, sin perfecciones, sin querer hacer la obra del año. Simplemente existe el momento, la emoción, la sensación, la manera particular de ver los colores y llevarme una interpretación de aquellos momentos vividos, sin más. Al final, el resultado es un objeto, un cuadro, que difiere de mi concepción de la pintura como objeto de decoración. Dentro de este cuadro, lo que me interesa, es lo que no se ve, porque voy a recordar, cuando lo mire, todas y cada una de estas experiencias y sensaciones vividas.
Como me estoy alargando demasiado voy a exponer las imágenes finales de como quedó la obra. La experiencia de pintar al natural es muy gratificante, porque uno esta en contacto con la naturaleza, el sol, el aire, el viento e intercambias impresiones con la gente que pasa a tu alrededor...
Aquí tenéis algunas imágenes de los resultados finales de la obra:



Toni Bennasar. Pintor, historiador del arte y profesor en Art-Pastel.
www.artpastel.net